Ensayo
sobre el libro La Materia Oscura: Luces
del Norte de Phillip Pullman
Pensar en un mundo donde
el alma
es un ser tangente que está al lado de las personas, que tiene la forma
de un animal y que puede decidir en el destino de ellos; o que la base de la
sociedad de ese mundo está regido por intelectuales académicos que están segmentados
por, todo el planeta, en pequeños grupos y que se encierran en una esfera que no los deja interferir en
los asuntos de los demás grupos, solo se puede ver en La Materia Oscura de Phillip
Pullman que en su primer tomo subtitulado Luz del Norte le concede al lector el inicio de una mirada
fantástica de la imaginación humana, de una realidad alternativa del mundo que
nos rodea con la posibilidad de apreciar el alcance que tiene la mente a la
hora de plasmarse en el papel.
Aquí no vas a encontrar el
resumen del libro, ni mucho menos los protagonistas de la obra, aunque si te
diré que Lyra es el personaje principal que con doce años se entera de que
existe en un mundo con altos niveles de diferencia y de constantes luchas por
las clases sociales, además porque en
todo el mundo los niños se están desapareciendo por un grupo denominado Zapones y porque hay un misterio con una
materia oscura que está apareciendo en todo el mundo.
Pero la idea de este escrito
es recorrer y sentir cada palabra, frase y oración que forma la Luz del Norte para entrar en un mundo de
muchas posibilidades; convivir con la imaginación de alguien más que tuvo la
opción y la acción de ir más allá de sus límites gramaticales y concebir más
que una aventura, una mirada humana de las sociedades contemporáneas que por la
sed del poder y del conocimiento han ido a limites inhumanos que se quedan en
la historia como un pasado oscuro que
solo se levanta con la memoria.
Reflexionar a partir de la
Luz del Norte es caer en la cuenta que la jerarquización de las clases sociales
construyen barreras imaginarias que
incitan a luchas que tienen por consecuencia sobresalir o dejar por el suelo a alguien. No se es
ajeno a la diversidad de este mundo, que tiene sus prioridades en el que da más
o puede aportar más que los demás. Se es persona solo si es capaz de sostener
su estatus económico y pertenecer a un selecto y elitista grupo social, de
resto usted es como en el libro, gitanos nómadas que se la pasan de un lado al
otro navegando sin rumbo fijo. Los que son más reconocidos viven, los que no
son nadie (gitanos como esta en el libro) sobreviven.
El termino de clases
sociales ha des fragmentado la posibilidad de ser comunidades con brechas que
obstaculizan las relaciones sociales. El mundo se rodea por seres que tienen
afinidades superficiales, o es así como lo miro yo, y es que es increíble como
un libro que se escribió para un fin de entretención por su género fantástico, construye
situaciones similares, los pequeños grupos de personas están así por que hay
algo en común que los impulsa a entablar relaciones, lo intelectual para unos,
la causa de sobrevivir para otros.
Hay Esperanza
Ver un mundo desfavorable en
cuanto a las relaciones que están desequilibradas por las llamadas clases
sociales, invita a preguntarse si hay
esperanza, si hay alguna posibilidad de ser menos indiferentes y más sociales.
Hacer una sociedad con bases de fraternidad y sin rencor, Al parecer suena
difícil, y es que con este escrito no se
quiere sonar a pesimista, pero nadie estaría dispuesto a aceptar al otro,
cuando no puede igualar o superar su pensamiento o su razón socio-económico, o
usted querido lector ¿estaría dispuesto?
Algo si es claro y es necesario resaltar, que a su vez en la Luz
del Norte quieren dejar como reflexión aunque la historia sea de ficción y poco
real, y es que al parecer las sociedades
en toda su evolución a través de la historia han sabido someterse a estar en un
aparente equilibrio que ha permitido un desarrollo que hoy en día podemos
apreciar y de la cual todos somos participes. Se puede convivir en armonía
aunque se esté marcado los sectores que identifiquen las clases sociales; nadie
es más que nadie, todos sin excepción necesitamos del otro, somos seres humano
por excelencia y no por nuestro intelecto o estatus económico, desde el momento
de nacer se esta determinado en aprovechar las bondades de la vida y vivir en
paz.
Aunque La Luz del Norte
queda en una trama que concluirá en los siguientes dos tomos de la Materia
Negra, La Daga y el Catalejo Lacado, hay una invitación a renunciar de los
prejuicios sociales y de buscar al otro así no pertenezca a la misma razón
social.
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